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Casarse sin conocerse en persona

Una historia de amor más fuerte que la distancia
5 de mayo de 2025 por
Casarse sin conocerse en persona
Aliuska Gámez Lambert


Cuando Mariana abrió su aplicación de citas, no estaba buscando amor, solo un poco de conversación para distraerse. Sin embargo, ese primer mensaje de David, un ingeniero mexicano con alma de poeta, cambió su vida para siempre.


“Contigo en la distancia, amada mía”

Desde la primera semana, no pasó un solo día sin que se hablaran. La intimidad y confidencialidad entre dos seres que buscan ansiosamente desentrañarse puede surgir incluso a través de una pantalla. Lo que comenzó con un simple "buenos días" evolucionó hacia mensajes de voz, videollamadas y el intercambio de anécdotas, sueños, recetas, fotos de sus comidas, miedos del pasado y hasta playlists. Horas y horas pasaron sonriendo frente a su teléfono como adolescentes, dejando que el tiempo y las demás labores transcurriesen como solo un puente hasta la próxima conversación. Poco a poco, se convirtieron en compañía mutua en la soledad y se eligieron sin haberse visto directamente a los ojos.

“Ya lo pasado, pasado”

Sus amigos les decían que estaban locos. ¿Cómo podían casarse sin haberse visto en persona? ¿Cómo podían confiar en alguien con quien solo habían interactuado de manera virtual? Sin embargo, David tenía una certeza clara. Su historia con Lucía, una ex con quien creció, planeó una boda y soñó una familia, terminó traicionándolo con su mejor amigo. Para él, el tiempo no garantizaba nada.

"Con Lucía compartí media vida… y me engañó. Con Mariana no he compartido ni una tarde, pero la siento más leal que nadie."


Mariana, por su parte, también cargaba con sus propias heridas. Madre de un niño pequeño, marcada por la ausencia de un padre que abandonó su responsabilidad para irse a Estados Unidos, estaba cansada de hombres que prometían y no cumplían. Con David, en cambio, sintió algo diferente: coherencia, ternura y constancia.

Las citas para obtener una visa de turismo a México tardaban más de un año y casi nunca eran aprobadas. Debían casarse y así poder apelar a una visa por vínculo y unidad familiar, demostrando su amor y compromiso en una entrevista consular.  David contactó a especialistas pensando en iniciar trámites a distancia, pero recibió una respuesta que lo sorprendió:

"Ven, nosotros ya tendremos todo listo. Aquí no vas a esperar."

“Te vi llegar, y sentí lo que nunca jamás había sentido”

Y así lo hizo. Viajó con miedo, inseguridades y un ramo de ilusiones. Cuando Mariana y David se vieron por primera vez en el aeropuerto, todo aquello negativo que los rodeaba pareció desvanecerse, se abrazaron con la certeza absoluta de que habían tomado la decisión correcta, ahora que, entre lágrimas de felicidad, habían afianzado su amor, nadie podría separarlos.




Esa misma semana se casaron. Los documentos fueron legalizados y el proceso se llevó paso a paso. Pero quedaba una última preocupación, la entrevista consular fue un proceso intimidante para nuestro par de enamorados, sin embargo, les ayudamos a prepararse y pusimos todo nuestro empeño y experiencias en esta conmovedora historia.



“Un nuevo amanecer”

Mariana salió de la embajada con una visa estampada en su pasaporte y una sonrisa más fuerte que el carácter eclesiástico de la institución, lo habían logrado. Juntos seguían escribiendo un futuro embebido en su propia felicidad.



Pero la historia no termina aquí. Mariana dejó en Cuba a su hijo pequeño. El padre, ausente y lejano, no ha dado señales. Ella no quiere dar un paso sin su hijo.

¿Y tú qué dices? ¿Es el amor más fuerte que la distancia?